sábado, 4 de abril de 2020

LOS EXPERTOS EN DESTRUCCIÓN


31 "Y derramaré sobre ti mi indignación, soplaré sobre ti el fuego de mi furor y te entregaré en mano de hombres brutales, expertos en destrucción. (Eze 21:31 LBA)

He estado escribiendo acerca del tiempo que nos ha tocado vivir, un tiempo que definitivamente es difícil, un tiempo de calamidad en todo el mundo, y no solamente difícil de vivir día a día, sino que en muchos casos se ha convertido en un tiempo difícil de comprender.

Quiero hacer referencia a un famoso personaje de la Biblia y su esposa, que pasaron un tiempo de una enorme y dolorosa crisis, en la que no solo pierden toda su riqueza, todas sus posesiones y propiedades, sino que para “colmo de males,  pierden a sus hijos. Imagino que tú, que estás leyendo esto, ya ubicaste a Job y su esposa. En esta pareja podemos ver dos actitudes diferentes, derivadas de dos niveles distintos de comprensión de la voluntad de Dios.

Para dejarlo más claro, vemos que la esposa de Job llega a un punto en el que aparentemente se desespera de ver la situación por la que están pasando y probablemente se harta de ver a su esposo sufriendo una enfermedad que lo lleva a rascarse con una teja de manera desesperada; pero quizás lo que más la desespera en este punto es que mira como este hombre probablemente sigue elevando su voz a Dios y clamando por misericordia y alabando Su Nombre sin proferir quejas por lo que están atravesando. La mujer llega al punto de pelearse verbalmente con su esposo y dejarle ver su desesperación, pero al mismo tiempo, vemos que aunque Dios había dado permiso a Satanás para lastimar a Job, el hombre permanecía firme en su fe y responde a su esposa con una actitud mansa pero muy firme

4 Satán respondió: –Una piel por otra piel; uno da todo lo que tiene por la vida. 5 Ponle la mano encima, hiérelo en la carne y en los huesos, y te apuesto a que te maldice en tu cara. 6 El Señor le dijo: –Haz lo que quieras con él, pero respétale la vida. 7 Y Satán se marchó. E hirió a Job con llagas malignas, desde la planta del pie a la coronilla. 8 Job agarró un pedazo de teja para rascarse con ella, y permaneció sentado en medio de la ceniza. 9 Su mujer le dijo: –¿Todavía persistes en tu honradez? Maldice a Dios y muérete. 10 Él le contestó: –Hablas como una necia. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males? A pesar de todo, Job no pecó con sus labios. (Job 2:4-10 BNP)

Existe un principio espiritual que bajo determinadas circunstancias, puede parecer irracional ante los ojos de una persona común; estoy hablando del principio de verdadero agradecimiento, el agradecimiento que debemos aprender a tener en todo momento y en todo lugar

16 Estén siempre alegres,  17 oren sin cesar,  18 den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. (1Tes 5:16-18 NVI)


Mi punto es que, Job a pesar de estar pasando una situación de enfermedad, sin recursos para paliar las necesidades más básicas, mucho menos para sufragar una asistencia médica apropiada, recurre a buscar paliativos, recogiendo del piso un pedazo de barro, buscando aliviar su desesperante comezón de piel.

Entonces aparecen en escena tres amigos, quienes le acompañan en silencio durante una semana. De ninguna manera quiero decir que estos amigos hayan llegado con mala intención, todo lo contrario, pero puedo ver que el trabajo de Satanás no termina en la enfermedad física de Job, sino que ahora busca que esa enfermedad trascienda a su alma.

Al ver llegar a sus amigos y sentir su silencio, Job probablemente percibe sus miradas de lástima y recriminantes, siente que lo juzgan en un silencio acusador y estalla cuando ese silencio lo lleva hasta su punto de quiebre; empieza entonces a manifestar su desesperación, y es aquí donde quizás a muchos no les parezca mi perspectiva, pero debo decir que hasta este momento, Job había mostrado entereza, pero a partir del silencio de sus amigos empieza su discurso y dedica todo el capítulo 3,  a  maldecir el día en que nació, a lo que ellos empiezan a responder cada quien con su opinión acerca de la situación.

En el capítulo 4, su amigo Elifaz, descendiente de Esaú, un amigo de la nobleza, duque de la tierra de Edom, cuyo nombre significa “mi dios es oro fino”, lo juzga y lo acusa de haber pecado. Reprochándole que en tiempo anterior Job era quien ayudaba, fortalecía, restauraba a los demás, pero que ahora no tenía fuerzas para soportar su calamidad, preguntándole dónde está su fe, y acaba diciéndole que los que siembran mal cosechan de igual manera

LBA  Job 4:1 Entonces respondió Elifaz temanita, y dijo: 2 Si alguien osara hablarte, ¿te pondrías impaciente? Pero ¿quién puede abstenerse de hablar? 3 He aquí, tú has exhortado a muchos, y las manos débiles has fortalecido. 4 Al que tropezaba tus palabras han levantado, y las rodillas débiles has robustecido. 5 Pero ahora que te ha llegado a ti, te impacientas; te toca a ti, y te desalientas. 6 ¿No es tu temor a Dios tu confianza, y la integridad de tus caminos tu esperanza? 7 Recuerda ahora, ¿quién siendo inocente ha perecido jamás? ¿O dónde han sido destruidos los rectos? 8 Por lo que yo he visto, los que aran iniquidad y los que siembran aflicción, eso siegan.

En el capítulo 8, habla su amigo Bildad, acusando a sus hijos, metiendo el dedo en la llaga del dolor de la perdida de aquel varón, dejándole ver que Dios había castigado la transgresión de los jóvenes, e invitando a Job a arrepentirse e implorar misericordia, acusándolo de ser impuro y torcido

LBA  Job 8:1 Entonces respondió Bildad suhita, y dijo: 2 ¿Hasta cuándo hablarás estas cosas, y serán viento impetuoso las palabras de tu boca? 3 ¿Acaso tuerce Dios la justicia o tuerce el Todopoderoso lo que es justo? 4 Si tus hijos pecaron contra Él, entonces Él los entregó al poder de su transgresión. 5 Si tú buscaras a Dios e imploraras la misericordia del Todopoderoso, 6 si fueras puro y recto, ciertamente Él se despertaría ahora en tu favor y restauraría tu justa condición.

Me pregunto: ¿Que amigo llegaría a tu casa a hablar mal de un pariente que recientemente ha muerto? Este amigo era muy rico (suhita quiere decir acaudalado) y su nombre significa "Confundir (al mezclar) el amor", que no es una casualidad, ya que puedo imaginar la confusión que sus palabras provocaban en Job, al llevarlo a una encrucijada entre el amor por sus hijos y su amor por Dios.

Imaginemos sólo por un momento lo que pasa por la mente de aquellas personas que pueden perder a sus seres amados en situaciones de calamidad como esta pandemia y que en determinado momento, el enemigo de nuestras almas puede enviar a alguien a tratar de hacerlos tambalearse en la fe y atribuir despropósitos a Dios, a causa del dolor que puedan estar sintiendo por la pérdida.

En el capítulo 11, hace su aparición el tercer amigo, llamado Zoar, diciéndole a Job que merece ser castigado, acusándole de falso, entre otras cosas

11 Porque Él conoce a los hombres falsos, y ve la iniquidad sin investigar. 12 Y el hombre tonto se hará inteligente cuando el pollino de un asno montés nazca hombre. 13 Si diriges bien tu corazón y extiendes a Él tu mano, 14 si en tu mano hay iniquidad y la alejas de ti y no permites que la maldad more en tus tiendas, 15 entonces, ciertamente levantarás tu rostro sin mancha, estarás firme y no temerás. (Job 11:11-15 LBA)

Esto es precisamente lo que el enemigo busca hacer, acusarnos, esa es su especialidad. Asi pueden aparecer muchas personas que ahora declaren que todo está aconteciendo para que la humanidad sea castigada, y ciertamente lo que el hombre siembra, eso habrá de cosechar, pero el plan de Dios es un plan de Salvación, y puedo asegurarte que en medio de todo lo que acontece, lo que el Señor está haciendo es darnos la oportunidad de escudriñar nuestra condición y provocar en nosotros la Reconciliación a la que nos ha llamado y para la que dio su vida en la Cruz del Calvario.

Luego sigue el discurso de los amigos, Elifaz lo acusa de socavar la religión en el capítulo 15, a lo que Job responde con una oración pidiendo alivio; en el capítulo 18 Bildad insiste en que Dios castiga a los malvados, y Job reacciona rechazando toda acusación  

LBA  Job 19:1 Entonces respondió Job y dijo: 2 ¿Hasta cuándo me angustiaréis y me aplastaréis con palabras? 3 Estas diez veces me habéis insultado, ¿no os da vergüenza perjudicarme? 4 Aunque en verdad yo haya errado, mi error queda conmigo.

Les hace ver que realmente su situación es grave y les pide que se apiaden de el si son realmente sus amigos, con la intención de hacerlos volver en si, dejando de acusarlo y de ser instrumentos del maligno.

13 Él ha alejado de mí a mis hermanos, y mis conocidos están apartados completamente de mí.
 14 Mis parientes me fallaron y mis íntimos amigos me han olvidado. 15 Los moradores de mi casa y mis criadas me tienen por extraño, extranjero soy a sus ojos. 16 Llamo a mi siervo, y no responde, con mi propia boca tengo que rogarle. 17 Mi aliento es odioso a mi mujer, y soy repugnante a mis propios hermanos. 18 Hasta los niños me desprecian, me levanto, y hablan contra mí. 19 Todos mis compañeros me aborrecen, y los que amo se han vuelto contra mí. 20 Mis huesos se pegan a mi piel y a mi carne, y sólo he escapado con la piel de mis dientes.
 21 Tened piedad, tened piedad de mí, vosotros mis amigos, porque la mano de Dios me ha herido. 22 ¿Por qué me perseguís como Dios lo hace, y no os saciáis ya de mi carne? (Job 19:13-22 LBA)

Es entonces cuando este rechazo de la mala ministración de los amigos, empieza a rendir fruto y Job acaba confesando que sabe que su Redentor vive y que sea cual sea el desenlace, no puede ser malo, porque al final, será él quien vera a ese Redentor cara a cara, y no ningún otro.

25 Yo sé que mi Redentor vive, y al final se levantará sobre el polvo. 26 Y después de deshecha mi piel, aun en mi carne veré a Dios; 27 al cual yo mismo contemplaré, y a quien mis ojos verán y no los de otro (Job 19:25-27 LBA)

Esto me lleva a comprender lo que el apóstol Pablo dice

21 Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia. (Fil 1:21 LBA)

Pero la historia de los amigos de Job no acaba aquí, aún falta el alegato de Zofar en el capítulo 20, donde afirma para recordarle a Job que todos los malvados reciben su justo pago y que su alegría es solo pasajera (quizás haciendo referencia a los buenos tiempos que Job y su familia habían vivido antes)

LBA  Job 20:1 Entonces respondió Zofar naamatita, y dijo: 2 Por esto mis pensamientos me hacen responder, a causa de mi inquietud interior. 3 He escuchado la reprensión que me insulta, y el espíritu de mi entendimiento me hace responder. 4 ¿Acaso sabes esto, que desde la antigüedad, desde que el hombre fue puesto sobre la tierra, 5 es breve el júbilo de los malvados, y un instante dura la alegría del impío? 6 Aunque su presunción llegue a los cielos, y su cabeza toque las nubes, 7 como su propio estiércol perece para siempre (Job 20:1-7 LBA)

Y nuevamente Job responde, dejando ver que algunas veces la maldad no es castigada

7 ¿Por qué siguen viviendo los impíos, envejecen, también se hacen muy poderosos? 8 En su presencia se afirman con ellos sus descendientes, y sus vástagos delante de sus ojos; 9 sus casas están libres de temor, y no está la vara de Dios sobre ellos. (Job 21:7-9 LBA)

Puedo seguir relatando la discusión que tienen y la insistencia de sus amigos para acusar a Job y tratar de convencerlo de su maldad y como merece ser destruido por Dios, pero entonces la lectura se haría demasiado extensa.

Prefiero traer esto a una perspectiva actual, en la que podemos darnos cuenta que en situaciones como la que el mundo está viviendo, como hijos de Dios no podemos permitirnos bajo ninguna circunstancia, prestar oídos a los expertos en la destrucción.

Esto es precisamente lo que vemos surgir en un tiempo como este, en el que cada quien quiere dar su opinión y surgen cientos o quizás miles de “expertos en la materia” emitiendo sus opiniones y en este tiempo digital, esparcen sus pensamientos, inundando los medios de comunicación y provocando confusión entre los moradores de la Tierra (lo que no debería pasar con la moradora de Sion)

Recapitulemos entonces para poner claras las ideas.

1.    Job es tocado por el enemigo, que consigue el permiso de Dios, pero por orden del Señor, su vida debe ser preservada.
2.    Job necesitaba este proceso, su familia necesitaba un reinicio.
3.    Job se da cuenta de que la situación difícil puede causar problemas en el matrimonio, pero con delicadeza instruye a su esposa, que al final se queda con él y juntos son restaurados y les es restituido todo lo perdido y aun les dan más.
4.    Todos podemos llegar a un punto de quiebre y Dios lo permite para que lo conozcamos en medio de cualquier situación, sea buena o lo que nosotros podamos creer que es malo, pero que al final, la Biblia nos enseña que “todas las cosas nos ayudan a bien”
5.    Conforme los amigos de Job son usados por el enemigo para acusarle y hacerlo desfallecer de la fe, esa fe se incrementa y los ayuda para rechazar las acusaciones, así es como nosotros debemos permanecer firmes por medio de la doctrina, y con el yelmo de la fe sobre nuestras cabezas, rechazar cualquier dardo que el enemigo quiera enviar a nuestras mentes.
6.    Conforme la acusación de los amigos aumenta y sus argumentos arrecian, la fe de Job se fortalece y cada vez se convence más de que su Redentor vive y que sin importar el desenlace de las cosas, terminará reuniéndose con Él. Por eso nosotros debemos tener la certeza de que si Dios nos llama, o llama a algún ser querido a Su Presencia, al dejar este plano material, nos espera una vida eterna en Su Gloria y ese postrer estado, será mejor que el actual, o como dice el Apóstol Pablo, “el vivir es Cristo y el morir es ganancia”
7.    Job nos deja ver que aunque algunas veces podamos creer que no es justo que a los impíos les vaya bien y no tengan que pasar “calamidades”, cada quien tiene lo que Dios considera que debe tener, en el tiempo que debe tenerlo, con todo, aunque nuestra situación no parezca prometedora, siempre tenemos un Padre que vela por nuestro bienestar presente y mucho más por el futuro de aquí a la eternidad.
8.    No prestemos oídos a la opinión de muchos, seamos obedientes a las autoridades, porque cada autoridad es puesta por Dios, oremos por esas autoridades, tanto las humanas como las espirituales. Si no tenemos cobertura, busquemos quien pueda abrigarnos, busquemos un ministro de Dios que nos pueda aconsejar y guiar, que nos pueda abrigar de parte de Dios, porque el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la Sombra del Omnipotente y será resguardado de las plagas y los males.
9.    Escuchemos las instrucciones y obedezcamos las normas de salubridad, pero sobre todo, tengamos presente este versículo:

LBA  2 Pedro 1:19 Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones. (2Pe 1:19 LBA)



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