PROBADOS Y APROBADOS
Sal 11:5-7 El SEÑOR prueba al justo y al impío, y Su
alma aborrece al que ama la violencia. Sobre los impíos hará llover
carbones encendidos; fuego, azufre y viento abrasador será la porción de Su
Copa. Pues el SEÑOR es Justo; Él ama la justicia; los rectos contemplarán Su
Rostro.
¿Quién no recuerda los días de exámenes en la educación primaria?
Al menos en la etapa en la que ya habíamos tomado conciencia de lo que
representaban las calificaciones y nos preocupábamos el día de la entrega de
notas y lo que dirían nuestros padres.
Es interesante que la Biblia nos muestre que, en el plano
espiritual, también somos evaluados, somos probados por Dios y podemos ser
aprobados o reprobados. Pero lo importante no es solamente el hecho de tener
que aprobar, lo importante es estar conscientes de la razón por la que somos
probados, Dios no lo hace sin un propósito determinado, Sus Planes son perfectos
y son de bienestar para nuestro futuro (Jer 29:11).
Veamos algunas de las razones por las que somos probados:
Somos probados para
ser refinados: (Sal 66:10) Porque tú
nos has probado, oh Dios; nos has refinado como se refina la plata.
Dios nos prueba para sacar de nosotros todo lo que no sirve,
lo que no nos deja ser puros, lo que nos resta valor como humanos.
David fue
probado en sus palabras (Sal 17:3): Tú
has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba
y nada hallaste; he resuelto que mi boca no peque.
Al igual que Dios probó a David, José (una figura de Jesucristo en
el A.T.) probó las palabras de sus hermanos y los puso en una situación muy difícil.
La Biblia nos enseña en 1Co 10:11 que todo lo que fue dejado escrito es un
ejemplo para nosotros, a los que nos ha tocado vivir el final de los tiempos,
para que no cometamos los errores y aprendamos de los aciertos del pueblo de
Dios, de los que nos habla la Palabra del Señor.
Dios nos prueba en lo que decimos, para que nuestra boca no nos
ate con lo que decimos. La palabra que sale de nuestra boca tiene poder, por
eso es que, con el corazón se cree para justicia y con la boca confesamos para
salvación.
Somos probados en el Servicio y debemos estar no solo dispuestos,
sino ser diligentes y manejar con destreza la Palabra para ser obreros aprobados
(2Tim 2:15).
Si somos
predicadores de La Palabra de Dios, somos probados en la Sana Doctrina (Pro
30:4): ¿Quién subió al cielo y descendió? ¿Quién recogió los vientos en
sus puños? ¿Quién envolvió las aguas en su manto? ¿Quién estableció todos los
confines de la tierra? ¿Cuál es su Nombre o el Nombre de su Hijo? Ciertamente
tú lo sabes. 5
Probada es toda palabra de Dios; Él es escudo para los que en El se
refugian. 6 No añadas a Sus Palabras, no sea que Él te reprenda y
seas hallado mentiroso.
A Tito le recomiendan ser cuidadoso de la Sana doctrina y le
enseñan que esto debe ser una característica de los Ancianos de la Iglesia (Tit
1:9; 2:1). Dios nos prueba con el fuego de Su Palabra, no solo como la plata, sino
también como el oro (Zac 13:9) y demanda de nosotros que seamos cuidadosos de ser
fieles a ella cuando la predicamos (Jer 23:28)
También somos
probados en el Fuego de la aflicción (Isa 48:10): He aquí, te he
purificado, pero no como a plata; te he probado en el crisol de la aflicción.
Cuando hablamos de aflicción y de fuego, siempre lo relacionamos
con desierto, con las pruebas difíciles; algunas veces llegan esos momentos duros
a nuestra vida y nos preguntamos por qué debemos pasarlos, pero la pregunta apropiada
debe ser, ¿para qué debemos pasarlos? En el Plan Perfecto siempre hay una
enseñanza en cada momento que vivimos.
Dios no nos abandona en medio de la prueba, siempre hay maná en el
medio del desierto y esto es para probarnos, que aprendamos humildad y para
prepararnos para el bien que el Señor nos hará (Deu 8:16).
En la vituperación
somos probados (1Pe 4:12-14): Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que
en medio de vosotros ha venido para probaros, como si alguna cosa extraña os
estuviera aconteciendo; 13 antes bien, en la medida en que compartís
los padecimientos de Cristo, regocijaos, para que también en la revelación de
su gloria os regocijéis con gran alegría. 14 Si sois vituperados por
el nombre de Cristo, dichosos sois, pues el Espíritu de gloria y de Dios reposa
sobre vosotros. Ciertamente, por ellos Él es blasfemado, pero por vosotros es
glorificado.
El Señor nos dejó la advertencia de que por causa de su Nombre
seríamos excluidos, vituperados, odiados por las naciones, perseguidos, metidos
en tribulaciones e incluso muertos en algunos casos. Esta prueba viene a
nosotros para que nos regocijemos y demos testimonio de nuestra fe, honrando Su
Nombre.
Con Adversarios difíciles, para obediencia a la Voluntad
de Dios (Jue 2:21-23; 3:1-3): Tampoco yo volveré a expulsar de delante de ellos
a ninguna de las naciones que Josué dejó cuando murió, 22 para
probar por medio de ellas a Israel, a ver si guardan o no el camino del SEÑOR,
y andan en él como lo hicieron sus padres. 23 Así pues, el
SEÑOR permitió que aquellas naciones se quedaran allí, sin expulsarlas
enseguida, y no las entregó en manos de Josué.
El Señor probó a su
pueblo dejándole difíciles adversarios aun después de haber alcanzado la Tierra
Prometida, primero que nada, para probar si eran obedientes a Su Voluntad y
luego para capacitarlos para la batalla, de igual manera nosotros necesitamos
ser capacitados para la batalla espiritual que debemos librar todos los días,
no contra seres humanos como nosotros, sino contra principados, potestades, huestes
y gobernadores de maldad en las regiones celestes (Ef 6:10-13).
Con diferencias entre
hermanos, para darnos madurez (1Co 11:18):
"En primer lugar, he oído que cuando se reúnen como iglesia, hay
divisiones entre ustedes, y me temo que hasta cierto punto sea verdad." 19
No hay duda de que habrán diferencias entre ustedes. Así es como se
identifica a los que son aprobados.
El apostol pablo no habla de diferencias entre enemigos,
habla de diferencias dentro de la iglesia, divisiones que se dan para que se
manifiesten los que dan la talla para ser aprobados. Si el Señor nos ordena
amar a nuestros enemigos, ¿cuánto mas no debiéramos amar a los hermanos que por
alguna diferencia de pensamiento se puedan oponer a nosotros? Esta es la forma
en la que Dios nos probará para darnos madurez y el espíritu de mansedumbre
necesario para restaurar a los demás (Gal 6:1-2).
Con sujeción a la
paternidad del alma, para que amemos sinceramente y vivamos sin ansiedades (Fil
2:22 NBLH): Pero ustedes conocen los probados méritos de Timoteo, que
sirvió conmigo en la propagación del evangelio como un hijo sirve a su
padre.
A través de esta prueba vamos aprendiendo a humillarnos bajo
los domas que representan la mano de Dios, porque en esos dedos (sus ministros
primarios) se esconde Su Poder (Hab 3:4), al aprender esto aprendemos a reconocer
autoridad sobre nuestras vidas, obediencia y sujeción, que nos trae bendición y
derrota para nuestros enemigos (Ex 23:20-22).
En fe, en lo que te parece imposible, para bendición y
liberación (Jua 6:1): Después de esto, Jesús se fue al otro lado del mar
de Galilea, el de Tiberias. 2 Y le seguía una gran multitud, pues
veían las señales que realizaba en los enfermos. 3 Jesús subió al
monte y se sentó allí con sus discípulos. 4 Y estaba cerca la
Pascua, la fiesta de los judíos. 5 Entonces Jesús, alzando los ojos
y viendo que una gran multitud venía hacia El, dijo* a Felipe: ¿Dónde
compraremos pan para que coman éstos? 6 Pero decía esto para
probarlo, porque El sabía lo que iba a hacer. 7 Felipe le respondió:
Doscientos denarios de pan no les bastarán para que cada uno reciba un
pedazo.
La biblia nos enseña
que sin fe es imposible agradar a Dios, y El siempre premiará nuestra capacidad
de creer lo que aún no logramos ver (Heb 11:6). Debemos tener la convicción de
que para Dios todo es posible (Mt 19:26), todas las cosas son posibles para quien
le cree a Dios (Mr 9:20), y si tenemos esa fe, Jesucristo dijo que podríamos hacer
cosas mas grandes que las que él había hecho en determinados momentos (Jn
14:12).
Bienaventurado aquel
que es puesto bajo prueba… Muchos no somos muy partidarios de esta aseveración,
a ninguno le agrada la idea de tener que atravesar los desiertos, pero ni el
mismo Señor Jesucristo, siendo el Verbo encarnado, siendo El Hijo de Dios,
siendo Dios mismo, evadió el pasar por el desierto antes de iniciar Su
Ministerio en la Tierra. Cabe hacer notar que al final del capitulo tres del
evangelio según S. Mateo, El Señor desciende al Jordán (humillación) para ser bautizado,
al emerger del agua se abren los cielos y se escucha la Voz del Padre que dice
que se complace en su Hijo, allí mismo desciende la paloma que lo lleva al
desierto.
Cuando somos
probados y salimos aprobados entonces nos espera la paz de poder disfrutar de
las bendiciones de Dios para nuestra vida (Ecl 9:7) y recibiremos la corona de
la vida prometida para los que aman a Dios (Stg 1:12).
¡Si estas
atravesando momentos difíciles, ten animo! Dios está obrando en tu vida y solo
quieres que aprendas alguna lección que te hará feliz y te dara esperanza y un
mejor futuro. Bendiciones
Jeremías 29:11 (BLS) Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar.
Jeremías 29:11 (BLS) Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar.
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