LOS CINCO
VINOS
Cantares 7:1-2 LBA ¡Cuán hermosos son tus pies en
las sandalias, oh hija de príncipe! Las curvas de tus caderas son como joyas,
obra de manos de artífice. 2
Tu ombligo, como una taza redonda que
nunca le falta vino mezclado; tu vientre como montón de trigo cercado de
lirios.
Desarrollo: El
verso base nos habla de la Hija de Príncipe, es decir la futura Novia, que está
revestida con la Armadura de Dios, que la protege contra las insidias del
Diablo (Ef 6: 11), la que no está descalza porque no es esclava; está calzada
con las sandalias del apresto del evangelio (Ef 6:15). Esta es la parte de la
Iglesia de Cristo que será arrebatada para casarse con el Rey de reyes; y una
de sus características es que, a través del cordón umbilical, es decir, la
ministración de los Domas (que son los encargados de nutrirla durante su
desarrollo), en su vientre no hace falta la mezcla 4197 gz<m, mezeg {meh'-zeg} que significa mezclar
vino -gozo del espíritu- y agua -la
Palabra del Señor-. En el Antiguo Testamento aparecen cinco diferentes vinos
que se relacionan con cada uno de los ministerios primarios que el Señor
constituyó para capacitar a sus santos, para la obra del ministerio y la
edificación del Cuerpo de Cristo (Ef 4:11-12)
- 1.Vino Apostólico (Gn 49:10-12): Este vino en hebreo se llama 3196 !yIy: yayin {yah'-yin}, en el v.12 es el vino que abre y hace brillar los ojos y nos dice que da la enseñanza (una de las traducciones de la palabra diente) de la leche –doctrina-. Este vino nos sirve para recibir un espíritu de sabiduría que haga brillar nuestros ojos y nos muestre cual es la grandeza de nuestro llamamiento y las riquezas de gloria de nuestra herencia (Ef 1:18). El ejemplo lo vemos en Jn 9:1-7 donde vemos a un ciego al que Jesús le dijo: Ve y lávate en el estanque de Siloé (que quiere decir, Enviado). Él fue, pues, y se lavó y regresó viendo.
- 2. Vino Profético (Nm28:7 BMN): este es el vino 7941 rk've shekar {shay-kawr'} que quiere decir una bebida fuerte, algo embriagante, como lo descrito en el Profeta Joel, que se ve cumplido y explicado por el apóstol Pedro en el nuevo testamento (Hch. 2:15-18) este es el vino que nos embriaga en el espíritu y era el que se derramaba, como cuando se derrama aceite (unción) para nombrar reyes.
- 3. Vino Evangelístico (Is 27:1-5): este en hebreo es el Vino Rojo, 2561 rm,x, chemer {kheh'-mer} y se deriva de la Raíz 2560 rm;x' chamar {khaw-mar'} que significa ser teñido de rojo, ser sellado. Este es el vino dado por el evangelista a todo aquel que estaba separado de Dios y era enemigo de Él (Stg 4:4) para acercarlo, ser teñido con el rojo de la Sangre de Cristo y Sellado por el Espíritu Santo para salvación.
- 4. Vino Pastoral (Gen 27:25-28): en hebreo es 8492 vroyTi tiyrosh {tee-roshe'} que significa mosto o jugo fresco de uva (como acabado de exprimir); se deriva de la raíz 3423 vr;y" yarash {yaw-rash'} que denota las acciones del pastor; denota tomar posesión, sujetar, heredar. Cuando la palabra pastoral nos es ministrada con este vino, nos hace sentir apoyados, sostenidos, sujetos por la Mano de Dios, nos hace sentir la paternidad que nos conduce de ser los más pobres en el espíritu, a convertirnos en herederos de Dios (Stg 2:5; Heb 6:17-18). Este vino es el vino que hace nuestras ofrendas agradables a Dios.
- 5. Vino Magisterial (Joe 3:18): en hebreo es 6071 sysi[' `aciys {aw-sees'} este es un vino dulce, recién exprimido, sazonado o endulzado (can 8:2), como nos muestra el profeta Joel, va acompañado de Agua y Leche. Este vino se derramará en los días finales previo a la entrada a la Tierra Prometida (Joe 3:18) y por medio de su ministración los montes –problemas- se derretirán ante nosotros (Amo 9:13).
Conclusiones: Timoteo es el más claro ejemplo
de un discípulo, es un modelo que nos muestra la forma en que debemos
desarrollarnos como cristianos y las herramientas que podemos usar para ese
desarrollo, en el Apóstol Pablo le recomienda que beba el vino mezclado con
agua (1Tim 5:23) como nos muestra la mujer del Cantar de los Cantares; y siguiendo ese consejo
entendemos que no podemos únicamente ser alimentados con la palabra, sino que
por nuestra salud espiritual, debemos también ser ministrados con el Gozo del
Espíritu Santo. Para que esa palabra se convierta en un rhema que transforme
nuestra vida. El vino no puede mezclarse con la amargura que pueda ser
provocada por las situaciones de la vida y por eso el Señor lo rechazó en uno
de los momentos más difíciles de su ministerio (Mr 15:23), el vino del Espíritu
es la mejor medicina contra la amargura del alma (Pr 31:6)
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