Juan 10:7-10 Entonces Jesús les dijo de nuevo: En verdad,
en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. 8 todos los que vinieron antes de
mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. 9 Yo soy la puerta; si alguno
entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. 10 el ladrón sólo viene para robar
y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan
en abundancia.
Introducción: Jesucristo es La Puerta de las ovejas, es nuestra
puerta, aquella por la que podemos ser trasladados a una dimensión diferente, a
una nueva vida, una vida distinta a la que teníamos en el mundo, alejados de
Dios y muertos en el pecado (Col 2:13-14). El apóstol Juan fue trasladado al
cielo y allí vio una puerta abierta a la que es llamado para darle nueva
revelación de las cosas que han de acontecer (Ap 4:1) e inmediatamente ve al
Señor.
Desarrollo: Hay distintas clases de puertas, que como en
cualquier habitación, conducen a distintos ambientes. Hay puertas en las que
hallamos bendición e impartición (Hch 3:2-7), puertas de redención (Rt 4:1-2;
9-10), puertas de justicia y honra (Est 6:10-12), o puertas de perdón y
oportunidad (2S 18:4-5)
Existe una puerta ancha, o sea una puerta fácil de hallar y cruzar, pero
que conduce a la perdición. Existe otra puerta no tan fácil, una angosta, que
nos conduce a la vida y que no muchos logran cruzar (Mt 7:13-14), pero debemos
esforzarnos por hallarla y cruzarla (Lc.13:24).
Obviamente el enemigo siempre nos querrá obstruir para que no alcancemos
la vida en abundancia que el Señor nos ofrece. Y por eso apuesta enemigos en
nuestro camino para que no podamos cruzar el umbral de la puerta y no podamos
pasar a nuevas dimensiones de nuestro desarrollo, para que no podamos ser
equipados y formados hasta alcanzar la estatura que debemos alcanzar (Ef 4:11-13).
Por lo anterior debemos tratar de identificar a los enemigos que están
acechando a la puerta y que buscan confundirnos para que caigamos en error y
nos perdamos la vida eterna.
Ø EL ENOJO Y LA CONTIENDA (GN 4:6-8): El primer
obstáculo que podemos encontrar para pasar a una nueva dimensión es el pecado
producido por airarnos, a Caín se le advierte que debe ejercer dominio de ese
enemigo que yace a la puerta, pero motivado por la ira y los celos, falla y
ensucia sus manos y peca contra su hermano (1Tim 2:8) debemos tener cuidado de
dominar el pecado , si llegásemos a enojarnos (Ef 4:26), debemos purificar
nuestras manos y no permitir que se conviertan en manos homicidas (1Jn 3:15). Busquemos
la paz con todos y la santidad, para poder cruzar la puerta y ver al Señor (Heb
12:14).
Ø PALABRAS ENGAÑOSAS (JER 7:1-11): Dios pone
al Profeta (de la misma manera que sigue poniendo a sus ministros) a la Puerta
para hacer la amonestación y la advertencia acerca de las palabras engañosas. Somos
advertidos en la Palabra de Dios acerca de los peligros de los últimos tiempos (2Tim
3:1-6) con hombres malos que se meten a las casas – obviamente por las puertas-
Las naciones son engañadas con hechizos (Pharmakeia) de Babilonia (Ap 18:23-24).
Babilonia es mencionada como una ciudad de comercio, hoy hay mercaderes de la
fe que hechizan con falsas doctrinas e inducen al pueblo a errar. En el v. 24
vemos que esta ciudad esta manchada por la sangre de los profetas y los santos.
Aun los salvos corremos peligro de ser engañados (Mt 24:23)
Ø LA MURMURACIÓN (NUM 12:5-10): Miriam y Aarón
tenían una posición dentro de la congregación, eran líderes, supuestos a ser
ejemplo para el pueblo, pero aun así había aspectos de Moisés con los que no
estaban de acuerdo, esto los conduce a la murmuración, que es lo contrario de
entrar por las puertas con acción de gracias (Sal 100:4). Ella termina
contaminada con lepra (pecado) y Moisés debe de interceder por ellos (ministración)
Dios le escupe el rostro y la saca del campamento, por lo que se detiene la marcha
del pueblo (Num 12:15). La serpiente engaña a Eva murmurando de Dios, diciendo
que era mentira que iban a morir si comían del árbol que no les era permitido
(Gen 3:1-5), tengamos cuidado con las artimañas de error del enemigo (Ef 4:14).
Ø EL DESDÉN O MENOSPRECIO (1S 3: 17-18): El profeta
Samuel empieza a escuchar la voz de Dios después de aproximadamente 400 años
sin que nadie la oyera y le advierte a Elí lo que va a suceder a su casa,
debido a que sus hijos obran de mala manera con el pueblo, menospreciando la
ofrenda de Dios (1S 2:17) porque eran indignos y no conocían al Señor (1S 2:1).
Hay maldición para quien hace la obra de Dios de manera indolente (Jer 48:10) y
quienes desprecian el conocimiento son desechados del sacerdocio (Os 4:6). Nuestros
hijos deben ser instruidos para que conozcan a Dios y no se olviden de la Ley, así
serán siempre recordados por Él.
Ø LA INCREDULIDAD (2R 7:19-20): Cuando no
tenemos fe, no podemos disfrutar de las bendiciones del Señor, como le sucede
al oficial real, que muere a la puerta solo viendo la bendición, pero sin poder
disfrutar de ella. Por la fe, Enoc fue arrebatado y esa fe es necesaria para el
que quiere acercarse a Dios y agradarle (Heb 11:5)
Ø El ADULTERIO (Pro 5:3-10): Este
enemigo es muy sutil (v.3) desvía de la doctrina y confunde el corazón (v.4) trae
pobreza, que es lo contrario a lo que hallaremos al entrar por Cristo. Esta puerta
le da entrada al devorador.
Conclusiones: al escudriñar la palabra de Dios encontraremos
siempre las formas en que el Señor nos advierte para que no seamos engañados
por el enemigo de nuestras almas. Por eso es importante que siempre busquemos
beber del agua de la Palabra de Dios. El Rey David deseó beber del pozo junto a
la puerta de la Casa del Pan (2S 23:15-17), Ezequiel vio la Gloria de Dios en
la Puerta (Ez 43:1-4), el Señor se manifestó a Abraham en la puerta de su
tienda (Gen 18:1-2), el Señor trae su doctrina a quienes abren y cruzan la
puerta (Can 5:2) y siempre está tocando a la
puerta para que al abrirla, alcancemos salvación y tengamos comunión con Él (Ap
3:20).
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