En la búsqueda del
Teleios
Ef
4:11-14 R95 11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo, 13 hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. 14 Así ya no seremos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema
de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error;
Introducción: Hemos
sido enseñados que, en este año del Reposo debemos esforzarnos por lograr
entrar en dicho estado de alma, cuerpo y espíritu (Heb 4:11). La Palabra de
Dios es el mapa perfecto que puede conducirnos a lograrlo, enseñándonos lo que
no debemos hacer o buscar (Mt 6:33; 1Co 10:11)
¿Qué mejor ejemplo de reposo que
el hombre llamado Reposo?
Noé -significa reposo- era un hombre justo, perfecto entre sus contemporáneos (Gen 6:9). Este varón era un
hombre justo, sin embargo, lo impresionante es que la Palabra de Dios dice que
era perfecto en sus generaciones, es decir, no se había contaminado en su
genética; Ahora, el Señor Jesucristo nos da la orden de ser perfectos (Mt
5:48), aunque mucha gente crea que es algo imposible, más nosotros sabemos que
para el que cree, todas las cosas son posibles (Mr 9:23). Para que podamos
alcanzarlo nos es dejada la mano de Dios, los Domas, sus ministros para que
equipen a los santos para la obra del ministerio (Efe 4:11-13). Estos
ministerios capacitan a los santos para realizar la obra, edificando al Cuerpo de Cristo, hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, AL
HOMBRE PERFECTO, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. (Efe 4:13).
Desarrollo: Como
ya dijimos, la perfección parece algo imposible de alcanzar para los humanos,
pero es algo que todo cristiano debe buscar y anhelar, con el fin de dar la talla
para convertirse en la Novia del Señor.
Al referirse a de la estatura de un hombre maduro (LBLA) o perfecto (R95, 1909)
según la concordancia Strong, la palabra utilizada es el Gr 5046 teleios {tel'-i-os}
que significa:
1) llevado a su fin, terminado 2) no deseando nada necesario para completar 3) perfecto
4) lo que es perfecto 4a) integridad o satisfacción humana.
La
biblia nos dice “a la medida de la estatura de
la plenitud de Cristo”
- la estatura en griego es Gr2244 Hélikia: edad, tiempo de vida, un tiempo adecuado para algo
- la plenitud es Gr4138 pleroma: que en el NT es el cuerpo de los creyentes que están llenos con la presencia, poder, y riquezas en Dios; tienen abundancia, SATISFACCIÓN)
Con
esto entendemos entonces que los ministerios nos llevaran a la capacidad de
poder vivir un tiempo de satisfacción, es decir reposo, si nos disponemos a
aprender y ser equipados por ellos, siendo perfeccionados cada día hasta
alcanzar la estatura necesaria, es decir la talla necesaria para llegar a ser
la Novia del Cordero.
Para
convertirnos en perfectos debemos ser enseñados en cuál es la senda que debemos
tomar y andar por ella, veamos algunos ejemplos de los pasos a seguir:
1. Un mandato (Mt 5:48): El Versículo inicia con un
decreto, “Por Tanto sed…” Dios no nos sugiere que lo intentemos, nos
ordena someternos al proceso, iniciando por una vida con testimonio (Mt 5:47)
2. El proceso (Pr 4:18):
Debemos entender que es un proceso que puede tener fallas, podemos
equivocarnos, pero al Final, es Dios a través de sus ministros quien nos va
perfeccionando, si nosotros estamos dispuestos a ser perfeccionados.
3. Andar delante de la presencia de Dios: El
Señor dice que los hijos de Abraham deben hacer las cosas que hizo el padre de
la fe (Jn 8:39) y Dios le ordena andar delante de Él (Gen 17:1) cosa que no
podemos hacer con altivez, sino con temor y reverencia delante de su presencia,
porque su camino es perfecto (2S 22.31) Job era temeroso y apartado, por tanto
era perfecto (Job 1:1 R95)
4. Permitiendo al Señor transformar nuestro
Corazón (1Cr 29:19): solo con un corazón perfecto podemos
guardar los testimonios de Dios, sus mandamientos y estatutos, por eso debemos
dejar que sea el Señor quien nos
transforme y escriba su ley en nuestra mente y la ponga en nuestros corazones
(Heb 10:16), esto obviamente será por medio de la Palabra impartida y
ministrada en nuestras vidas por el Ministro o sus delegados para hacer la obra
del ministerio (Ef 4:12)
5. Dejando atrás lo material (Mt 19:21): para poder tener reposo verdadero no podemos anteponer
lo material a lo espiritual, debemos buscar primeramente el Reino de Dios y Su
Justicia y todo lo que necesitemos será añadido (Mt 6:31-34). Si nos afanamos,
nunca podremos ser satisfechos.
6. Llenándonos del gozo del Señor (Jn 15:11): si
el Señor es Perfecto y queremos alcanzar Su Estatura, debemos dejarnos llenar
de Él, no solo en gozo sino en cada aspecto de nuestra vida, porque al ser
llenados de lo perfecto, lo incompleto se acabará en nosotros (1Co 13:10)
7. Vivir en paz y armonía con los demás (2Co
13:11): para
sentirnos satisfechos y recibir esa unción que Dios derrama sobre nuestra
cabeza, el ministro que nos cubre (Sal 133:1-3) es importante la armonía y la
unidad de fe y de pensamiento, que también nos llevara a ser perfeccionados,
así tendremos una misma actitud y al momento de no tenerla, Dios nos lo
mostrará a través de sus edificadores del reposo (Fil 3:15).
8. Dejándonos equipar (2Tim 3:16): Dios
nos imparte Su Sabiduría a través de los ministros que nos enseñan y nos equipan
para hacer la obra del ministerio, con el fin de seamos hombres de Dios que
vivan satisfechos.
Conclusión: los
ministros instruyen a los hombres para presentarlos perfectos (satisfechos)
delante de Dios (Col 1:28);
Los
edificadores como Epafras (una de las ayudas de Pablo), oran constantemente, para que estemos firmes, satisfechos y seguros de la voluntad de Dios para
nuestras vidas (Col 4:12). Ahora nos corresponde a nosotros dejarnos edificar
por los santos, para no ser como niños espirituales (Ef 4:14) que pueden ser
engañados y apartados del Reposo de Dios (Heb 11:40)
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